«EE.UU.: Una Nueva Era de Fortaleza y Seguridad, Trump Renombra Departamento de Defensa como ‘Departamento de Guerra'»
En una decisión que ha generado polémica, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está a punto de firmar una orden ejecutiva que otorga al Departamento de Defensa un segundo título oficial: «Departamento de Guerra». Según la Casa Blanca, esta medida permitirá que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y otros funcionarios utilicen títulos alternativos como «Secretario de Guerra» en correspondencia oficial, comunicaciones públicas y actos ceremoniales.
La orden ejecutiva instruye a Hegseth para que proponga acciones legislativas y ejecutivas necesarias para lograr un cambio permanente del nombre. Aunque el renombramiento oficial dependerá de la aprobación del Congreso, esta medida puede marcar un importante hito en la historia del Departamento de Defensa.
La decisión se ha tomado con el fin de «recuperar» el legado histórico del Departamento de Guerra, que existió desde 1947 hasta 1949. En ese entonces, el departamento se encargaba de coordinar esfuerzos militares y logísticos en respuesta a la Segunda Guerra Mundial.
La orden ejecutiva también busca honrar el legado de los militares estadounidenses que han servido con distinción en las guerras del siglo XX. Sin embargo, muchos críticos argumentan que este renombramiento es una forma política y desafortunada de glorificar la guerra, especialmente en un momento en que Estados Unidos está involucrado en varias operaciones militares en el mundo.
Además, algunos han expresado preocupación por el impacto que esto pueda tener en la imagen y la percepción del Departamento de Defensa. «Es como si estuvieran borrando la memoria histórica y reescribiendo la realidad para adaptarse a las necesidades políticas», afirma un analista militar.
La orden ejecutiva también ha generado críticas por parte de algunos miembros del Congreso, que argumentan que no es apropiado cambiar el nombre del Departamento de Defensa sin una votación explícita y debida en el Parlamento. «No podemos dejar que el presidente tome decisiones importantes sobre la base de un decreto ejecutivo», sostiene un diputado demócrata.
A pesar de las críticas, muchos apoyan la decisión del presidente como una forma de honrar el legado histórico de los militares estadounidenses. «Es un reconocimiento justo y merecido para aquellos que han servido con honor y dedicación», sostiene un veterano de guerra.
En cualquier caso, la orden ejecutiva es solo el primer paso hacia un cambio permanente del nombre del Departamento de Defensa. Queda pendiente la aprobación del Congreso para que este renombramiento se convierta en una realidad oficial.