La calma vuelve a la UNAM tras una noche de tensión y desalojos por amenazas violentas
En los últimos tres semanas, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha sido testigo de una escalada de violencia y desórdenes en sus instalaciones. Sin embargo, este lunes, por primera vez desde que un estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur fue asesinado en una toma violenta, la institución vivió una jornada relativamente pacífica.
Sin embargo, no todo fue tranquilo en el campus. En la Facultad de Medicina, un grupo de alrededor de 30 personas encapuchadas intentó tomar las instalaciones con violencia y negándose a cualquier tipo de diálogo. La dirección de la facultad informó que la mayoría de los miembros del grupo no tienen vínculos con la comunidad universitaria, lo que sugiere que el incidente puede estar relacionado con acciones exteriores a la institución.
Aunque se desconoce el objetivo exacto del grupo, se reporta que parte de sus integrantes abandonaron las instalaciones después del intento fallido de toma. No hay información oficial sobre el paradero actual del grupo o si habrá consecuencias para los involucrados.
La toma violenta en la Facultad de Medicina es un golpe duro para la comunidad universitaria, que ya se encuentra estresada por el asesinato del estudiante y las consecuentes tensiones. La seguridad en el campus ha sido un tema importante desde el incidente, con medidas adicionales implementadas para proteger a los estudiantes y profesores.
La UNAM ha trabajado arduamente para restablecer la normalidad en sus instalaciones después de una serie de incidentes violentos en las últimas semanas. A pesar de los esfuerzos, la institución sigue enfrentando desafíos importantes para garantizar la seguridad y el bienestar de todos sus miembros.
La toma fallida en la Facultad de Medicina no ha provocado desalojos ni daños significativos en las instalaciones, pero ha generado una gran cantidad de preocupación entre los estudiantes y profesores. La comunidad universitaria se siente nerviosa y temerosa por lo que pueda suceder en el futuro.
La UNAM ha sido un refugio académico y cultural para miles de personas durante décadas, y es importante que la institución preserve su tranquilidad y seguridad. Es hora de que los estudiantes, profesores y miembros de la comunidad universitaria se unan para encontrar soluciones a estos problemas y garantizar que el campus siga siendo un lugar seguro y respetuoso.
En este momento, la UNAM necesita de la colaboración y comprensión de todos sus miembros. Es hora de que se trabaje juntos para restablecer la normalidad y la tranquilidad en el campus.
